Quiero brotar en la espiga de la conciencia del hombre
nuevo, que lucha por su mañana y proclama su tiempo
azul de pie, dando la cara. Mercedes Sosa
Pero antes nos dejó su voz. Esa hermosa y cálida voz que nos sigue dando el coraje y la rebelión necesaria para creer en las utopías más inversímiles, y entusiasmarnos con nuestros locos sueños, mientras, construímos los días.
Ella se inmortalizó por ser única, por emocionarnos, por ser coherente con sus principios, por sintetizar el don de su voz y el don de ser buena gente en una sola intención: el respeto por la justicia y por la vida.
Mercedes, Mecha, Negra: por siempre Grande.
A la mítica, a la ídola, a mi Negra, a nuestra Negra...
¡Gracias!
A “La Negra”
Peregrina del canto americano.
Princesa diaguita.
El viejo y nuevo mundo
reflexionan en tu sangre
y sos patria, bandera,
democracia, iniciación
Peregrina americana…
tu voz sobrevoló fronteras
cual cóndor omnipotente.
Te poseyó Pachamama
y su grito de insurgencia
resonó más allá de los valles,
más allá de los mares,
y siempre serás raíz, exilio,
soberanía, liberación
Peregrina americana...
Tu poncho absorberá por siempre
la sangre brutal
del monte tucumano
al encaramar en tu cuerpo
de señora india
la flor del ceibo.
Te hizo por siempre
la piedra angular, la tierra,
el sendero, la huella
de todos tus hermanos
Gigante calchaquí
que recorrió con dolor
el Icañán.
Viracocha es tu progenie.
Al terminar tu camino
te escoltó a la Antofalla.
Allí sabiamente,
le entregó a Inti
un exquisito legado
para la historia del hombre:
la magia y la luz
de tu voz
y de tu alma
hecha canción
Silvia Carmen Mendoza
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